Historiando en el siglo XXI: Aplicaciones imprescindibles para la “investigación 2.0” (RepliGo Reader y Dropbox)

IMG_4951Es innegable que hoy en día los historiadores tenemos a nuestra disposición una serie de herramientas  que hacen nuestra labor de investigación mucho más sencilla. Desde los procesadores de texto como Word que vemos como la cosa más natural del mundo, hasta las aplicaciones que se ejecutan en el hardware que ha signado el avance tecnológico de los últimos años: smartphones y tablets. En una entrada que podría considerarse la primera parte de ésta, mencioné algunas de las ventajas de dichos avances en manos del público en general, y  de aquellos que realizan investigación en diversos centros o instituciones, especialmente los historiadores, quienes tienen que visitar una serie de repositorios donde se resguardan antiguos y valiosos documentos, esenciales para nuestro trabajo científico.

Entre estas ventajas tenemos el ahorro de tiempo, la mejora de la productividad, reducción del maltrato de los frágiles documentos antiguos, entre otras. Por ello, es importante aprender a usar ciertas herramientas que nos permitan digitalizar, transportar (sin tener que cargar con decenas de kilos de papeles) y editar los documentos encontrados en los diferentes archivos y bibliotecas que visitamos. Para la primera cuestión (digitalización) nada mejor que una cámara digital, buena iluminación y un pulso firme que nos permita tomar fotos nítidas de los documentos en los que estemos interesados. Los escáneres son otra excelente alternativa, pero por lo general sólo viable cuando alguna de las instituciones de resguardo de archivos lo ofrece, pues resulta sumamente engorroso transportar, instalar y usar un escaner en un esquema de trabajo diario.

La segunda cuestión, el transporte, se vuelve bastante más sencilla una vez que hemos digitalizado nuestros papeles, ya que existen infinidad de servicios y aplicaciones que nos permiten “subir” nuestros archivos a espacios de almacenamiento en línea (el famoso “cloud storage”), y que  estarán disponibles desde cualquier dispositivo conectado a Internet (y que admita el uso de un navegador como Firefox o Chrome). Digamos que es una especie de disco virtual (y mucho más pequeño, pero suficiente en la mayor parte de los casos) que estará disponible siempre que tengamos una forma de acceder a la red. Uno de los más populares es Dropbox, pero existen muchos más, con atractivos planes de almacenamiento, y de fácil uso, tales como Box, Google Drive y OneDrive (este último con la virtud de que trabaja con documentos de Office de forma nativa), los cuales cuentan con aplicaciones para una serie de sistemas operativos móviles, lo que facilita la gestión de nuestros archivos alojados en la “nube”.

Finalmente, la edición, la que se puede lograr sincronizando el elemento que deseemos editar con alguna de las tantas aplicaciones creadas específicamente para ese fin. Como el título de este post lo indica, me referiré a la aplicación llamada RepliGo Reader, que me ha parecido la mejor de cuantas he probado para el sistema operativo móvil Android. Como casi todo en esta vida, la app tiene un precio, pero siendo ese costo de $38.16 MXN, la verdad es que resulta más que accesible para todas las virtudes que la aplicación ofrece.

Bien, una vez que hemos descargado la aplicación ya sea a nuestro smartphone o tableta, estaremos listos para comenzar a usarla. La interfaz es bastante simple, y de eso nos daremos cuenta al momento de abrir la aplicación por primera vez:

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Esta primera pestaña (Recente) se irá llenando conforme vayamos usando nuestros documentos. Por el momento lo que interesa es poder usar los archivos que tenemos almacenados en alguno de nuestros servicios en línea (Dropbox en este caso específico), por lo que es necesario, para empezar, vincular ese servicio con nuestra app de edición. Para ello, debemos elegir la pestaña (que aparecen en la parte superior) llamada “Cloud”, hacer “click” en los tres puntos verticales que aparecen en la esquina superior derecha y elegir la opción “Add account”:

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Al elegir la opción señalada, se abrirá un cuadro que nos invitará a elegir la cuenta del servicio que deseemos. En mi caso se listan otros servicios que uso y que tengo instalados en el dispositivo, pero esto podrá variar según la cantidad de aplicaciones que usen, por lo que el listado puede ser más grande o más reducido. Llegados a este punto, es necesario elegir la opción de “Dropbox”:

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Hecho lo anterior, aparecerá una pantalla en la que se nos pide autorización para que RepliGo acceda a todos los archivos y folders almacenados en nuestra cuenta de Dropbox, así como para leerlos y modificarlos, es decir, editarlos, lo que es justo nuestro objetivo. Por ello, autorizamos el acceso:

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Después de esto, Dropbox aparecerá en nuestra lista de cuentas y podremos seleccionarlo para poder navegar todos sus contenidos y descargar aquellos archivos que deseamos editar. Para los própósitos de este post, usaré un libro en PDF que no tiene mucho de ser publicado por la SEDENA y que se titula Historia de los ejércitos mexicanos y que, si alguien gusta, puede ser descargado desde mi propia cuenta de Dropbox, o desde el sitio del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia. En fin, se elige el archivo y este se descarga a nuestro dispositivo:

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Una vez descargado el archivo, este ya se encuentra listo para ser leído y editado. En la imagen de abajo muestro tan sólo un ejemplo de la edición básica, que consiste en el subrayado, la aplicación de varios colores, el uso del “free hand” que consiste en poder usar nuestro dedo como una especie de lápiz para poder escribir cualquier cosa que se nos ocurra sobre el documento (como el círculo que encierra el título del capítulo escrito por Alicia Salmerón). Tiene, desde luego, otras opciones, como colocar “bookmarks” y notas, que ayudan a registrar ciertos datos que nos puedan interesar, y que facilitan su búsqueda y localización.

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Una vez que hemos terminado de editar nuestro documento, ¿qué hacer para que esos cambios se reflejen en el archivo original de Dropbox y, de igual manera, en el resto de mis dispositivos donde desee leer mis anotaciones? Sencillo, basta con cerrar el archivo editado y RepliGo, de manera automática, sincronizará los cambios con el archivo original, permitiendo su lectura y edición desde cualquier fuente, como se muestra en la siguiente fotografía (ustedes disculparán la calidad), en la que aparece el mismo archivo pero abierto en tres dispositivos distintos, tableta, pc y smartphone:

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En fin, hasta aquí el funcionamiento, de una manera muy breve, de un par de aplicaciones que pueden hacer nuestra vida bastante más fácil, al poner todos nuestros documentos en un solo lugar y disponibles en todo momento, así como una forma de poder editarlos y poder ver esos cambios en todos nuestros dispositivos, ya sea que estemos en casa, en la oficina o de viaje.

Hay que decir que RepliGo no es una aplicación tan robusta como su contraparte GoodReader para iPad, la cual tiene bastantes más opciones para la gestión de documentos. No obstante, tal vez eso es precisamente también una ventaja para RepliGo, pues su sencillez tanto en la interfaz como en las opciones, la hacen muy fácil de entender y usar, haciendo que la curva de aprendizaje sea prácticamente nula.

Así pues, he aquí otra herramienta que los historiadores (e investigadores en general) pueden usar para facilitar su labor, y evitar llevar consigo kilos y kilos de papeles en los viajes. ¿Qué otras aplicaciones recomendarías?


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