Ante los recortes en Conicet, Argentina
Debido al recorte del presupuesto argentino asignado a ciencia y en particular a CONICET, hace unos días nos enteramos que el ciclo virtuoso de la incorporación de científicos a este organismo se había recortado en un 60%. Las consecuencias no deseadas son graves para las personas y para el país. En el mundo microscópico de las batallas personales para avanzar en una carrera de investigación, este recorte ha provocado graves consecuencias. Una persona aspira a ingresar a ese trabajo cursando un posgrado. Por lo general eso implica cerca de 5 años y se logra principalmente a través de la obtención de una beca de posgrado (no es nada fácil hacer un doctorado en Argentina sin financiamiento). Hace más de 10 años, el número de becarios comenzó a ampliarse de modo que en unos pocos años el ingreso a carrera de investigador también se amplió. Se conocen las cifras.
En esa pequeña escala, este año ingresaron apenas 385 investigadorxs y hay cerca de 500 que recomendados por sus pares no podrán continuar sus investigaciones. Para estas personas el esfuerzo de los últimos 7 años (doctorado + posdoctorado) fue evaluado positivamente, pero el recorte, como un actor que baja desde el techo, cambió las reglas del juego y las deja sin la progresión esperada. Para muchxs esos años significan trabajar en equipo en laboratorios o en el campo; escribir artículos académicos; tomar cursos de posgrado y aprobarlos; escribir la tesis de doctorado; dar clases; participar en actividades de extensión. Todos los años muchos postulantes “quedan afuera” debido a la evaluación de comisiones integradas por expertxs, que consideran el currículo de cada postulante. Pero distinto y catastrófico resulta el cambio de reglas en mitad de una carrera científica.
En la gran escala, en la escala de las políticas de estado, este recorte es el comienzo de retrocesos, desaceleraciones y entorpecimientos en el desarrollo científico y académico del país. Se conocen estos guarismos también.
Los engranajes de una carrera científica son muchos. Están los institutos, las universidades en sus varios niveles de docencia e investigación, los capitales que financian investigaciones, los subsidios de Estado, están los grupos de investigación, lxs directorxs y dirigidxs, en fin, redes de vinculación que se verán afectadas aún más por la falta de presupuesto y de investigadores. Están también los desarrollos científicos propiamente dichos, los logrados y los del porvenir: desde piojicidas hasta satélites, pasando por la historización de las desigualdades sociales o el análisis de los conflictos políticos actuales, y un largo etcétera: la investigación está en todas partes, como podemos saber leyendo las noticias que Conicet, a raíz de nuevas políticas de comunicación, viene divulgando en su sitio web. Finalmente, los desequilibrios regionales que venían aliviándose en estos últimos años recrudecerán y harán más dura la sequía.
Son la pequeña y la gran escala las que nos preocupan. El gobierno actual, encargado de planificar y con propias promesas de apostar por la ciencia ha empezado a desensamblar, estancar y entorpecer el campo científico. La amenaza es el éxodo de investigadorxs, la volatilización de futuros posibles, pero también la ralentización y paralización de actividades relacionadas con la producción de conocimiento, de aquellas que no pueden irse del país hacia ninguna otra parte.
Como en otras situaciones críticas es el capital humano –de lo que el actual gobierno argentino ha decidido prescindir– el que mantendrá la vitalidad de la investigación y la pelea por la producción de conocimiento científico. Así, al recibir su galardón, los ganadores del premio Houssay han sido claros.
También se ha pronunciado el Directorio de Conicet y decenas de instituciones educativas y científicas. Ojalá se revierta pronto esta situación y el gobierno nacional, en lugar de hacer esfuerzos por disfrazar una acción por otra, repare lo causado.
Por lo pronto, entre otras acciones como las protestas en edificios gubernamentales relacionadas con la producción científica, circula esta petición en change.org para apoyar el reclamo de la gran mayoría de lxs investigadorxs argentinxs, a la que animo a firmar.
Actualización: la petición de Change.org ya está cerrada.