Cartografías latinoamericanas. Perspectivas situadas para análisis transfronterizos

 El estudio de la población africana y afrodescendiente es uno de los puntos nodales de la producción académica en América Latina. Si bien es cierto que en algunos países de dicha región este tópico ha sido fundamental para constituir los discursos históricos y los relatos sobre identidades nacionales, también observamos que tanto México, Chile y Argentina, los aportes y la cultura afrodescendiente han ocupado un lugar semioculto tanto en las investigaciones como en la relación con el Estado.

Sin embargo, como parte de las nuevas perspectivas en las disciplinas como la historia, la sociología, la antropología -por mencionar algunas- la reflexión sobre la historia e historiografía y la vida actual de la población afrodescendiente está cobrando relevancia y las investigaciones acerca de ésta van en aumento.

En este contexto de los estudios afrolatinoamericanos, este 2013 fue publicado en Argentina el libro Cartografías afrolatinoamericanas. Perspectivas situadas para análisis transfronterizos, coordinado por las doctoras Florencia Guzmán y Lea Geler. Este texto –que se edita bajo el auspicio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica así como el Grupo de Estudios Afrolatinoamericanos de la Universidad de Buenos Aires- aporta nuevas interrogantes a los ya clásicos estudios sobre población de origen africano.

En primer lugar, el antropólogo colombiano Eduardo Restrepo rastrea la pista del término y concepción de afrolatino como categoría que permita un análisis de las relaciones entre pobladores de América.  En segundo término, da cuenta de las trayectorias intelectuales de los investigadores que durante el siglo XX han posibilitado la construcción de un campo específico de pensamiento, reflexión, producción y gestión de lo afro en Latinoamérica desde la historia, la antropología y la sociología.

El argumento que guía la reflexión de Restrepo es que en las nuevas condiciones tanto políticas como históricas, es posible –y deseable- pensar Afrolatinoamérica desde los estudios de la significación, es decir de las relaciones que posibilitan la cultura. Siguiendo esta idea, el autor propone pensar a las poblaciones afrolatinoamericanas contemporáneas en América Latina desde una perspectiva no esencialista y sí como experiencias de identificación y prácticas culturales específicas.

La discusión de los estudios culturales sobre las relaciones de poder y de cultura, está presente en las nuevas perspectivas de los estudios mencionados. Al respecto, Restrepo señala “la noción de cultura de los estudios culturales es la de cultura como poder y el poder como cultura” .

Los siguientes capítulos de este libro son artículos específicos sobre la presencia del negroafricano en diferentes etapas de la historia de los Estados latinoamericanos. En la parte I, Colonia e Independencias tenemos dos artículos que funcionan como una introducción (a nivel histórico) respecto al trabajo esclavo en América. En primer término, observamos el trabajo de Celia L. Cussen respecto a las relaciones económicas y culturales que se tejen entre la esclavitud y el mercado laboral en Santiago de Chile, así como las formas y argumentos de invisibilización de los sujetos afro en la historia chilena debido principalmente a “las actitudes racistas de los intelectuales dedicados a la construcción de una narrativa de la nueva república en el siglo XIXy las ideas de darwinismo social a principios del siglo XX”. La tesis desarrollada en este ensayo, es la importancia de ver lo cultural en lo económico y lo económico en lo cultural, así en el caso específico de Chile se podrá observar el impacto cultural del trabajo esclavo en la sociedad santiagueña.

En el caso de Florencia Guzmán, destaca la importancia de analizar la performatividad social de la construcción colonial de las castas, misma construcción –sostiene la autora- que están marcadas por la incertidumbre fenotípica y sí con la movilidad de los subordinados en Tucumán.

En la Parte II, Siglo XX, Ezequiel Adamovsky introduce al lector a la situación de los afroargentinos. Pensando que la historia y presencia de éstos ha sido y es un punto ciego para la historia del siglo XX en la Argentina. Adamovsky expone el caso de Cipriano Reyes, un político argentino que ya en 1945 advertía la relación entre las diferentes culturas que habitan esa región de América. Él, como hijo de indígenas sufrirá la diferencia colonial basada en el color de piel durante su vida.  A lo largo del texto, veremos que se busca pensar en las condiciones de posibilidad para una argentinidad no blanca, sino múltiple.

De su lado, Paulina Alberto abordará la democracia racial en Brasil y como fue puesta en duda por los movimientos negros, mismos que señalaron las deficiencias de esa política, que le granjeó un estatus incluyente a Brasil. En este mismo sentido, Beatriz Ana Loner se centrará en la discusión sobre las representaciones verbales de la población de origen afro en el periodo de la postabolición (1888) hasta 1930.

Para concluir ese capítulo, Alejandro Frigerio estudia las imágenes sobre el negro transmitidas por la revista Caras y caretas entre 1900 y 1910, pensando en la importancia de este periodo histórico en relación con el proceso de modernización y desarrollo, de integración cultural y social, por lo cual deja una marca importante en la constitución de la sociedad argentina.

En la tercera parte, Siglo XXI se abordan las problemáticas actuales en países como Brasil y Argentina respecto a la visibilidad, invisibilidad y representación de los afrodescendientes. En es capítulo también se piensa críticamente cuáles son las formas para generar políticas públicas que incluyen a los afrodescendientes a una realidad de racialización.

Livio Sansone reflexiona sobre los dilemas de patrimonialización de la cultura afrobrasileña y busca generar un debate respecto al museo digital de memoria africana y afrobrasileña.

En el espacio para pensar la memoria, autorrepresentación y cambio en un proyecto teatral en Buenos Aires, Lea Geler piensa la puesta en escena de una obra teatral de corte histórico como un espacio de apropiación y reinterpretación de una narración histórica. Aborda específicamente Calunga Andumba, obra argentina que se centra en la historia de los esclavizados africanos y sus descendientes en dicho país.

Luis Ferreira examina las relaciones entre arte y política en organizaciones políticas, activistas y artistas afrodescendientes, para dar cuenta del juego de interrelaciones y el entramado entre significación y acción.

Para el final de la tercera parte Nicolás Fernández Bravo piensa desde una perspectiva crítica las políticas de la identidad afrodescendiente en el continente,las relaciones con el multiculturalismo y los ajustes en el proyecto nacional de la República Argentina.

En la parte IV, tenemos una breve revisión de historiografías de México y Argentina, elaboradas por dos investigadores de talla internacional como Juan Manuel de la Serna, adscrito a la Universidad Nacional Autónoma de México y Silvia C. Mallo, precursora en la investigación y documentación de la presencia africana en Argentina.

De la Serna en la importancia de conocer el proceso de esclavización y, después de abolición de esta forma de trabajo para pensar la actual identidad colectiva y cómo en ésta ha sido obliterada la población de origen africano en México.

Guzmán, Florencia y Lea Geler (coordinadoras) Cartografías afrolatinoamericanas. Perspectivas situadas para análisis transfronterizos. Editorial Biblos, Investigación y Ensayos. Buenos Aires, Argentina.2013.  319 páginas.

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