El fenómeno del caudillismo según el historiador Domingo Irwin
El historiador Domingo Irwin (1947-2014) posee numerosas publicaciones sobre la influencia militar (en un sentido amplio) en la historia nacional, en muchas de las cuales estudia y define todo lo relativo al caudillismo. Nosotros consideramos que en sus artículos: “Reflexiones sobre el caudillismo y el pretorianismo en la Venezuela del siglo XIX (1830-1900)” (1985), “Unas definiciones de caudillo y caudillismo” (1988), y “Pretorianismo e historia en Venezuela” (2008); y en su libro Relaciones Civiles-Militares en Venezuela 1830-1910 (1996) establece las definiciones y orígenes sobre el caudillo y el caudillismo.
En su artículo de 1985 considera las relaciones entre los conceptos de militarismo, feudalismo, caudillismo y pretorianismo; advirtiendo la confusión que existe entre ellos y especialmente con la palabra caudillismo la cual se considera sinónimo de “liderazgo despótico, personalista” o gran líder por encima del promedio[1]. Define caudillo “en el contexto venezolano del siglo XIX (…) como un jefe guerrero, político, personalista, que emplea como elemento fundamental de poder el grupo armado que lideriza. El caudillo es un agente político de control social”[2]. El caudillismo es “la actividad desplegada por los caudillos (…)” y cuando se convierte en el elemento dominante en un tiempo y en un espacio específico pasa a ser una “forma dinámica de dominación política que cuenta con los caudillos como agentes políticos fundamentales de control social”[3].
En lo relativo al feudalismo lo considera distinto al caudillismo, concepto este último que está más cerca del bonapartisimo o el cesarismo[4]. En lo que respecta al militarismo tampoco encuentra relación directa salvo ver al caudillismo como su antecedente en algunos casos, porque el militarismo se refiere al dominio de los militares de carrera por medio una institución profesional que impregna o militariza toda la sociedad (“sirve totalmente a lo militar y valora positivamente la guerra”) lo cual no se dio en nuestro siglo XIX, sino que “la política se ejerce por medio de la violencia y el personalismo” causada precisamente por la inexistencia de dicha institución armada[5]. El término más cercano al caudillismo – según Irwin – es el “pretorianismo” (sistema en el cual los militares de carrera tienen una influencia predominante” sobre los civiles) definiendo el del siglo XIX como “pretorianismo histórico”[6]. Al final concluye que el caudillismo posee, además, influencia directa en lo local y “regional”; y ha dejado una herencia personalista en nuestra sociedad[7].
En su artículo de 1988 logra mostrar un conjunto de sinónimos en torno a las palabras caudillos y caudillismo que en el primer caso tienen por común su origen en el latin: “capitellum” “el que dirige” siendo su significado original el que dirige “una partida o grupo de guerreros” y esa es la definición que se ha usado en Iberoamérica; siendo en Venezuela la de “jefe, guerrero, político, personalista, con un área de influencia directa cuando más regional, jefe de un grupo armado, especie de “ejército particular” que emplea como elemento fundamental de su poder”[8]. Advierte que no se debe confundir con otros líderes políticos sean o no personalistas. La relación del caudillo con su “ejército particular” depende de la “relación patrón-clientela”, donde el primero es el caudillo que gracias a sus influencias y recursos ofrece protección y beneficios a su clientela la cual le da a cambio apoyo y obediencia[9]. En lo que respecta a la tipología de los caudillos dependen según su área de poder[10]:
Área local: caudillos menores, caciques o gamonales,
Área regional: caudillos regionales, de provincia o estado,
Área nacional: caudillo supremo o jefe máximo gracias a un pacto entre él y los grandes señores de provincia.
Al referirse al caudillismo rechaza por su amplitud el considerarlo como el “personalismo político venezolano” y retoma la definición dada en el anterior artículo que citamos pero estableciendo – siguiendo a Laureano Vallenilla lanz – dos tipos de consecuencias de la actividad de los caudillos (o caudillismos): la anarquía (“guerra civil, lucha prolongada entre alianzas de caudillos rivales”) o despotismo (“predominio más o menos absoluto de una red de alianzas caudillescas a nivel nacional”)[11]. El primero se da en Venezuela entre los años: 1813-1817 y 1859-1872 y el segundo de manera incompleta de 1848 a 1858 para luego adquirir una forma plena de 1872 hasta 1899[12]. Luego establece las etapas del mismo desde 1830 hasta 1899, las cuales nosotros citaremos en un subcapítulo dedicado a este tema y siguiendo a Irwin junto a otros autores.
En su libro Relaciones Civiles-Militares en Venezuela 1830-1910 (1996) busca conocer las tendencias del cuerpo de oficiales del aparato militar venezolano identificando tres de ellas: caudillescos, pretorianos y de orientación profesional; tendencias que permiten conocer los modelos de relaciones civiles-militares durante el período estudiado[13]. En la introducción retoma los conceptos de los anteriores artículos (caudillo, caudillismo, pretorianos), aunque agrega el de “oficiales militares” y resalta en el caudillismo el factor de ser el caudillo un jefe del “ejército particular” tal como se puede leer seguidamente:
CAUDILLISMO: Es la actividad política dominante desplegada por los caudillos en un momento histórico determinado. Es una forma de dominación weberianamente tradicional-patrimonial que cuenta con los caudillos como los actores políticos fundamentales del control social[14].
El caudillo podía ser carismático o no, lo que no podía dejar de ser era el jefe de una hueste armada que dependía personalmente de él y que movilizaba políticamente[15].
El origen del caudillismo no está en la Independencia, sino en la herencia histórica patrimonial proveniente de la realidad social patrón-clientela en la Capitanía General de Venezuela[16].
En el tercer artículo que citamos el cual se publica 12 años después del libro anterior retoma los conceptos anteriores y la idea del caudillismo como “pretorianismo histórico”, pero al referirse a su origen señala que a pesar de surgir en los tiempos de la Independencia no será hasta mediados del siglo XIX que “se manifestarán como política y socialmente dominantes”[17].
[1] Domingo Irwin, 1985, “Reflexiones sobre el caudillismo y el pretorianismo en la Venezuela del siglo XIX (1830-1900)”, Tiempo y Espacio, N°. 4, volumen II, julio-diciembre, p. 71.
[2] Ibíd.
[3] Ibídem, pp. 71-72.
[4] Ibídem, p. 74.
[5] Ibídem, pp. 75-76.
[6] Ibídem, pp. 77-78.
[7] Ibídem, pp. 82 y 86.
[8] Domingo Irwin, 1988, “Unas definiciones de caudillo y caudillismo”, Boletín de la Academia Nacional de la Historia. N°. 284, octubre-diciembre, pp. 1020-1021.
[9] Ibídem, pp. 1024-1025.
[10] Ibídem, p. 1024.
[11] Ibídem, pp. 1027-1028.
[12] Ibídem, p. 1028.
[13] Domingo Irwin (1996), Relaciones Civiles-Militares en Venezuela 1830-1910 (Una visión general), pp. 9-11.
[14] Ibídem, p. 7.
[15] Domingo Irwin e Ingrid Micett, 2008, Caudillos. Militares y Poder. Una historia del pretorianismo en Venezuela, Caracas: UCAB, p. 18.
[16] Ibídem, pp. 18-19.
[17] Domingo Irwin, 2008, “Pretorianismo e historia en Venezuela”, Tiempo y Espacio, N°. 50, volumen XVIII, julio-diciembre, pp. 233-234.
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