Psicología, Psiquiatría y Guerra

Breve selección de panorama de historiografía

 

Aunque el ejercicio de la psicología y la psiquiatría en la Guerra lleva aproximadamente cerca de un siglo, realmente como estudio histórico es reciente. Hay historiografía, aunque todavía escasa, que aborda el tema de la Psicología y la Psiquiatría en la Guerra.   Por razones de límites de espacio mencionaré solo algunos ejemplos. Un ejemplo de ellos, Francés Clarke aborda el tema de la nostalgia y los debates sobre el control emocional en la Guerra Civil estadounidense.

 

Hay incluso trabajos historiográficos sobre la Primera y Segunda Guerra Mundial. Mark Humphries estudia las masculinidades a través de la medicina y las políticas de traumas en los soldados canadienses durante la Segunda Guerra Mundial. Otro ejemplo de ellos es Naoko Wake quien aborda la psiquiatría militar y los soldados estadounidenses no cualificados durante esta misma guerra. Ellen Dwyer trabaja su investigación sobre psiquiatría y raza durante la II Guerra Mundial en Estados Unidos. Por otro lado, Janice Matsumaraque aborda los desórdenes mentales y la propaganda del Estado japonés en su  periodo de imperio, durante la II Guerra Mundial y su preludio. Paul Lerner ha trabajado la historia de la psiquiatría en la Guerra y las políticas de traumas en Alemania entre 1890 y 1930.

 

España no es la anomalía; pues, de igual forma, hay contribuciones en torno al tema de psicología y psiquiatría en la Guerra Civil de España. En ésta historiografía han contribuido múltiples investigadores.  El caso de la Guerra Civil en España dilucida preocupaciones por la salud mental a través de campañas de higiene mental mediante especialistas en psicología y psiquiatría durante dicha Guerra que se manifestó, por ejemplo, a través de publicaciones en revistas.

 

La Guerra Civil en España y la higiene mental

 

En la Guerra Civil de España (1936-1939), en la zona de los republicanos se observó un mayor número de autores intentando continuar el desarrollo científico, académico y asistencial. [1] Hubo, al menos, dos figuras relevantes desde posiciones muy diferentes.  El psiquiatra y militar Antonio Vallejo Nágera, de línea franquista. Mientras que Emilio Mirá y López, psicólogo y psiquiatra, figuraba entre el bando republicano de España. Estos psiquiatras fueron los que tuvieron mayores implicaciones políticas que estuvieron reflejados en el campo científico durante la Guerra Civil de España.

 

En ésta Guerra, incluso, participaron latinoamericanos.     Pierre Vilar indica que “la España del siglo XX heredó del siglo XIX graves desequilibrios”. En cuanto a los problemas regionales, indica Vilar que el desarrollo desigual abrió camino a una oposición mental y material que tenía antiguo trasfondo histórico. Según José Vicente Estalrich, la psiquiatría española se había desarrollado desde antes de que se desatara la Guerra Civil de España. Habían tres escuelas: la de Madrid, la de Barcelona y la escuela de Sanidad Militar.

 

En el 1936 se creó una Delegación de Servicios Psiquiátricos de Cataluña, bajo la dirección del Dr. Salvador Vives. La misión era coordinar los establecimientos psiquiátricos, desarrollar higiene mental y buscar la forma de integrar enfermos habituales y combatientes. El mismo año los combatientes y civiles eran atendidos en la Clínica Psiquiátrica Municipal de Urgencias. Luego los cuerpos de los pacientes fueron trasladados al Sanatori Mental Municipal en Sant Gervasi, que posteriormente fue un Hospital Militar. No es hasta 1938 cuando las autoridades de la República consideran organizar de forma eficiente un tratamiento de los problemas psiquiátricos que la Guerra Civil desataba en combatientes y en civiles. En 1938 fueron trasladados al manicomio de Sant Boi. La Generalitat se hizo responsable de los grandes centros psiquiátricos bajo un control de comités de trabajadores. [2]

 

El Instituto Psicotécnico de la Generalitat, desde casi el inicio de la Guerra, seleccionó los aspirantes al cuerpo de aviación. Tal como indica Fernando de León Porrás, Mirá nació el 24 de octubre de 1896 en Cuba cuando aún era del Imperio español. Menciona Vicente que en 1937 diseñó un axistereómetro para medir la capacidad individual de orientarse sin control visual, con interés de realizar dicha prueba en los pilotos aspirantes. Posteriormente dio lugar al Test Miokinético.

 

Según Vicente, en febrero de 1938, Mirá fue nombrado jefe de los servicios psiquiátricos republicanos. El psiquiatra identificó tres periodos para describir la asistencia. El primero, desde el inicio de la Guerra el 18 de julio de 1936 hasta el rechazo de las tropas franquistas en Madrid, un 7 de noviembre del mismo año. El segundo periodo, según Mirá, fue desde la última fecha mencionada hasta marzo 1938, con la gran ofensiva rebelde. La tercera etapa, en abril 1938, con la creación de la Jefatura de servicios psiquiátricos y de higiene mental.

 

En el primer periodo no había organización militar definida en el campo republicano. Los “milicianos” no estaban en unidades regulares, y entraban y salían del frente. A raíz de esto, no habían estadísticas, servicios psiquiátricos, ni datos precisos sobre los problemas mentales. En el segundo periodo el servicio militar era obligatorio y se creó el Ejército Republicano. Organizaron servicios psiquiátricos por especialidades. Sin embargo, no estaban coordinados con el resto de los servicios médicos. En la tercera etapa surgió la Jefatura de servicios psiquiátricos y de higiene mental del Ejército Republicano Español. Seleccionaron 32 psiquiatras que fueron distribuidos en los cinco frentes con el propósito de organizar una unidad en cada una de las zonas. Además, en este periodo de la Guerra Civil hubo colaboración con el resto del personal médico.

 

Las unidades eran organizadas por un psiquiatra director responsable de los servicios en su zona militar. Las clínicas hospitales atendían todos los casos mentales procedentes de los centros de pre-frente, derivados de los servicios y tropas auxiliares, instalados en la retaguardia del ejército. Además los mismos hospitales tenían asignado preparar oficiales para implementar las campañas de higiene mental en las unidades militares. El propósito de esto era mantener los ánimos combativos en el máximo nivel. Los combatientes con trastornos no eran llevados directamente al hospital sino que primero eran llevados a los centros pre-frente. Según Mirá, en ocasiones, este cambio mejoraba al individuo. Las “bajas blancas” (sin trauma ni afección) de las líneas de combate eran recibidas en los centros psiquiátricos del frente. Durante diez días, aproximadamente, se observaban y luego, dependiendo del diagnóstico, se reinsertaban en las líneas de combate o eran transferidos al Hospital Psiquiátrico.

 

En el 1944, Incluso Mirá publicaría sobre la importancia de que los psiquiatras implementaran campañas de Higiene Mental desde que “se declarase” la Guerra. En función de la psicología y la psiquiatría militar,  según  Mirá, esto se había comprobado ya por la I Guerra Mundial. Incluso mencionaría:   “Los líderes militares consideran que el hombre (soldado) medio es normal y, por lo tanto, pertenece a la esfera de la psicología normal. Aun suponiendo esto, olvidan que este hombre  va a ser sumergido en situaciones anormales a través de toda la guerra, para las cuales sus formas habituales de reacción son inadecuadas.”

 

Ha sido sumamente enriquecedor realizar ésta breve revisión de teoría e historiografía de la Historia de la Psicología y la Psiquiatría en la Guerra. Los estudios de la Guerra Civil de España resulta un área importante en los estudios de de Hispanoamérica. Ésta Guerra ejerció un impacto en dicha zona por diferentes aspectos. Uno de ellos, es el hecho de que participaron latinoamericanos. Otro aspecto, es que cuando finalizó la Guerra muchos tuvieron que desterrarse en distintos países. Incluso Mirá. La Guerra tiene múltiples impactos. No sólo físicos. El mismo Jaques Lacan quien estuvo en 1945 en Inglaterra, cuando ya culminó la II Guerra Mundial, en 1947,  escribió: “La Guerra me había dejado un sentimiento de irrealidad…”. Eso ilumina bastante y eso se hace mediante la investigación de la historia de la salud mental, la medicina, la psicología, la psiquiatría e higiene mental en la historiografía, como algunas de las ramas de la Historia de la Ciencia. Incluso en los periodos de Guerra e Imperio. Esto esclarece que aún queda mucho por investigar dentro de la Historia de la Ciencia. Es un área relevante.

 

 

Nota:

[1] Es importante aclarar las nociones de significados políticos en España. No es igual los posicionamientos republicanos de España que los posicionamientos republicanos de los Estados Unidos.

 

[2] Además, habilitaron el convento de Les Avellanes d’Os de Balaguer que se encargó de ingresar los enfermos mentales del manicomio de Huesca que había sido abandonado por los franquistas.


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