Democracia y educación: El problema peruano

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La democracia, como es sabido, fue concebida en la antigua Grecia. Para los antiguos griegos partidarios de una democracia esclavista, en este sistema solo podían tomar parte activamente “los ciudadanos”, aquellos con la educación y el tiempo suficiente para pensar y decidir sobre la masa sin privilegios. Estos conceptos posteriormente influyeron en Roma y hasta en los ilustrados franceses, en estas ideologías se trasluce la idea que el gobierno debe estar en manos de unos pocos, aquellos que son capaces de pensar por sí mismos sin ser influidos y así plantear ideas en beneficio de la comunidad.

Posteriormente, con la revolución francesa y el surgimiento de las nuevas naciones nace una nueva democracia, en ella, el poder ya no estaba concentrado en una minoría de ciudadanos, sino en el pueblo, aunque aún sobreviven algunos antiguos conceptos, así en esta primeras constituciones las mujeres y analfabetos no son considerados ciudadanos con derecho a voto, hecho que cambiará a lo largo del siglo XX.

Si asumimos que la democracia actual es, como tantas veces se menciona, el poder del pueblo, debemos suponer que “el pueblo”, en el que basa el poder, es una masa consiente de ciudadanos educados, con libertad de pensamiento, participación activa y con capacidad de ejercer una crítica constructiva para apostar al desarrollo nacional, y es ahí donde radica el problema. Latinoamérica en general, y el Perú en específico, son espacios geográficos en los cuales la educación es un problema mayúsculo que se ha convertido en obstáculo. Para señalar los principales inconvenientes podemos centrarnos en algunos aspectos:

Primero, debido a que los niveles de lectura son mínimos los principales medios de información de la población son televisión e internet, ahora, si tomamos en cuenta que, muchas veces, el objetivo de estos medios es “entretener” o “vender” y no informar ni aportar a la ciudadanía, podemos concluir que en su mayoría la población está integrada por “consumidores” y no por ciudadanos. Segundo, el sistema educativo está concentrado en formar personas que aporten a la economía de mercado, dejando de lado, en muchas ocasiones, asignaturas que aportan a la reflexión social referidas a las ciencias sociales y humanidades, precisamente en las cuales, se basa el sistema democrático. Tercero, la complejidad de la realidad social peruana requiere una educación basada en el respeto por el otro; la diversidad cultural del Perú con una amplia diversidad lingüística es menospreciada, aproximadamente un 13% de peruanos que no tienen al español como lengua materna, y una mayoritaria población urbana educada ignorando su propia realidad cultural y nacional, hecho que contribuye al racismo y a la poca cohesión social existente en el Perú.

Si bien es cierto, en los últimos años, ha habido algunos avances educativos, estos son mínimos comparados con lo que queda por hacer. La educación cívica es importante, en un país donde sólo el 28% de la población maneja conceptos tan básicos como izquierda y derecha en el terreno político (según una encuesta de Ipsos Apoyo publicada recientemente). Ante este panorama, estas carencias son evidentes y se hacen más notorias en periodos electorales como los que se viven actualmente en el Perú, la escasa organización partidaria es un reflejo de ello, los partidos políticos formados, mayoritariamente, por líderes sin bases populares, usan los poderes fácticos (principalmente los medios) para inclinar la opinión pública a su favor. Los resultados: autoridades sin representación y una población mayoritariamente ignorante de los procesos económicos, políticos, culturales y sociales; una prensa parcializada que no contribuye a formar una opinión coherente y que por el contrario aporta al desprestigio de la actividad pública, además de tener nulos intereses culturales, resultando que el Perú posee una clase intelectual desconocida para la gran mayoría de sus habitantes.

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En este punto la idea contemporánea de democracia es discutible en las condiciones actuales, esta fue concebida para que “todos” los ciudadanos sean partícipes y para ello se requiere de “todos” una participación activa, la antigua democracia esclavista griega puede parecer injusta y hasta cruel vista desde la actualidad, sin embargo tuvo bases reales de las que nuestra democracia contemporánea carece.

Tomando en cuenta lo mencionado anteriormente podemos concluir que en el Perú, la democracia es una cuestión urgente, hecho que debe ser abordado desde diferentes ámbitos, incluyendo la educación basada en el pensamiento crítico y medios de comunicación que aporten a un mayor desarrollo cultural, pero a pesar de ello estos temas están ausentes de los debates electorales y aún más en periodos en los que no existe ninguna contienda política, quedando sólo hacer reflexión desde algunos medios, principalmente escritos, a los que la gran mayoría difícilmente accede.

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