Ashford y los cuerpos (des) atendidos: Anemia en la población de los campesinos de Puerto Rico, XX

 

 

El Dr. Francisco Scarano presentó, a principios de semestre académico, su conferencia: “Jibaros y médicos al filo del siglo XX: Los cuerpos anémicos en la ecuación imperial”, en el Anfiteatro de Educación, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras.

 

Destacó la importancia de las investigaciones en torno a los imperios, del cual el  imperio estadounidense no está desvinculado.

 

Según Scarano, mientras batallaban los imperios europeos, la ambición territorial, la proyección del poder militar y la conquista de almas para demostrar la superioridad del hombre “blanco”, tuvo mucho peso en los Estados Unidos. De esta forma, obtuvo control imperial de territorios que estuvieron en manos de España. En Puerto Rico implicó enfrentamiento de élites.

 

Los escritos de comisionados, gobernadores, entre otros, hacían referencia de la burguesía puertorriqueña como “idónea”, lo cual contribuyó en convencer que congresistas extendieran la ciudadanía estadounidense para los puertorriqueños. Para los gobernantes norteamericanos, esas élites llevaban décadas acaparando la masa del país.

 

Después de la invasión norteamericana en 1898, la influencia de médicos en la política del país se reflejó cuando el Dr. Bailey K. Ashford escribió en 1905 que había que “sujetar a esta gente más cerca de nosotros”, durante las campañas contra la anemia (uncinariasis). De hecho, sirvieron como estrategia de campaña política. En palabras de Scarano, fue “un montaje político útil para legitimar un gobierno extranjero que se había adjudicado una función modernizante”. Pero los trabajos de Ashford no fueron tomados en cuenta hasta que se desataran debates – de los cuales participaron otros expertos – en torno a la importancia de atender la situación de anemia, que no se había tenido en cuenta.

 

Scarano establece la “ecuación imperial” la situación que atravesaba Puerto Rico. Define la formula mediante cinco aspectos relevantes, que de hecho, establece vinculación con múltiples niveles de interacción.

 

Primero, explica, como la llamada medicina institucionalizada, que practicaba los médicos del imperio ya instalados en PR, se contraponían con los médicos puertorriqueños como Agustín Stahl, Manuel Zeno Gandía y Francisco del Valles Atiles. Segundo, como los ya instalados en el poder visualizaron la relación de hacendados con clientes del campo como un atraso. Ejemplo de ello era cuando médicos puertorriqueños asociaban la enfermedad de la anemia  al aspecto socio-económico. Por otro lado, médicos como Bailey Ashford, Walter King o William Hunt defendían que eso era un orden caduco. Tercero, a pesar de que en los informes la “nueva posesión” se describía como “relativamente saludable”. Sin embargo, para médicos como Ashford, entre otros, la anemia tuvo un arraigo de preocupación que impactó a los del campo.  Después del 1898, se había tomado en cuenta la viruela mediante campaña de vacunación que realizó el ejército y que, destaca el mismo Scarano, fue exitosa. Así también se controló la malaria, la tuberculosis y la fiebre amarilla. Sin embargo, la preocupación por la anemia no había ocupado ni un segundo lugar, trabajos al que dedicaba bastante tiempo Ashford. Tuvo que ocurrir múltiples factores para que eso se atendiese. Factores como la agitación política de 1902-04; los debates de Walter King con médicos puertorriqueños, entre otros factores. Cuarto, la campaña de salud  – impulsada como proyecto piloto en 1904– ganó adeptos incluso en las altas esferas gubernamentales. Por último, el quinto factor, la articulación de los discursos de individuos como Walter King, Bailey  Ashford y Pedro Gutiérrez quienes tuvieron que cuestionar ciertos médicos locales para que se atendiera la situación preocupante de anemia en el país, que no se había atendido previo a que se desarrollaran los debates suscitados.

 

En resumen, la campaña contra la anemia  tuvo el rol político de atraer gente de la montaña. Tuvo incluso el rol de legitimar un nuevo gobierno ya instalado por la invasión después de la Guerra Hispanoamericana, usando como mediador cultural el gobierno colonial. El mismo William H. Hunt le advirtió a Ashford tres aspectos importantes (1) la importancia de la “rehabilitación” de las almas; (2) la cuestión económica y política que implicaba; (3) la importancia de la divulgación del conocimiento para que el pueblo aprendiera a prevenir la anemia. Ante esto, dilucida Scarano, como los jíbaros que eran parte del pueblo se podían mirar ante un espejo de dominación en el nuevo poder de régimen.

 

En conclusión, Scarano destaca la importancia de la divulgación del conocimiento de la salud. Dilucido que las batallas de los territorios por el hombre blanco, no es otra cosa que la batalla por intentar proyectar doble “superioridad” de lo masculino desde el imperio (patriarcal). Scarano, dilucida las batallas entre las elites de la clase médica (local e imperial) por la salud de la población. Pero estas batallas también estaban vinculadas con  las campañas electorales del imperio estadounidense que ya estaba rigiendo el territorio de Puerto Rico, aun con los obstáculos que enfrentaron, como la oposición de la Ley Foraker. Entonces, William H. Hunt, en cierta medida, otorgó razón a los médicos locales, con respecto a que la situación económica que impactaba la salud. No se debe ubicar esto en los debates historiográficos de la ciencia, que se identifican cuando se estira lo económico hacia lo biológico, en este caso específico. Por el contrario, se debe entender el aspecto de clase, es decir las desigualdades económicas pueden tener impacto en la salud. Sobre todo en situaciones de desastres naturales que impactan sectores en desventaja económica como ocurrió con la cicatriz que marcó los cuerpos de los “jíbaros” por el Huracán San Ciriaco. Finalmente fueron atendidos.

 

La investigación de Scarano contribuye en abonar en el terreno de la historiografía de la salud y medicina en Puerto Rico.

 

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